La organización no gubernamental Wikileaks, se funda en el año 2006, por Julian Assange. Pero no será hasta 2010 cuando el fenómeno tome la repercusión que hoy en día le damos, con la publicación del video, previamente censurado, “Collateral Murder”, donde se muestra a los militares estadounidenses abriendo fuego contra civiles iraquíes.
Tal conmoción provocó que Wikileaks tomara fuerza y tanto las acciones de los gobiernos, como las de las agencias de espionaje, se vieran cohibidas. De este modo, las filtraciones de Wikileaks se van haciendo más importantes hasta el punto de convertirse en un periodismo sin filtros, para el pueblo, para que todos tengan la posibilidad de llegar a toda la información secreta.
Por la provocación de Wikileaks, Julian Assange es perseguido y encarcelado por dichas filtraciones, tomándose esto como una victoria para la organización; incluso se relacionó a Assange con Bin Laden ya que es un peligro para la seguridad de EEUU. Pero periodistas, cineastas estadounidenses, entre otros, pagaron la fianza para que Assange saliera en libertad condicional.
Wikileaks empezó como una plataforma informativa que ha evolucionado hasta el punto en el que todos los ciudadanos deben saber de su existencia para poder llegar a documentos secretos que las grandes esferas, “los peces gordos”, gobiernos e instituciones tratan de ocultar al público.
Son muchas las críticas que han recibido Wikileaks y Julian Assange por sus filtraciones que comprometen la privacidad de ciertas organizaciones así como la de los gobiernos.
¿Está moralmente aceptado que documentos clasificados salgan a la luz, que toda la población sin distinción ninguna, sea capaz de llegar a conocer los secretos más íntimos de los gobiernos y grandes organizaciones? ¿Hasta qué punto llega la privacidad, el derecho a conocer, a saber qué es lo que pasa a nuestro alrededor, sin murallas que nos impidan ver qué es lo que pretende realmente las grandes potencias, sus intereses, que no todo es lo que aparentan ser, sino que se esconden tras una máscara de amabilidad y ayuda para el pueblo para hacernos creer lo que ellos quieren? ¿Realmente es bueno saber todo y dañarnos, o ser ignorantes felices?
Wikileaks hace que no seamos ignorantes, que quien quiera pueda llegar a conocer todos los secretos, sin censura alguna; hace que pequeñas personas sean capaces de actuar activamente en “castigar” a los grandes que en el fondo lo están haciendo mal.
“Si le das una máscara a una persona, te contará todo lo que sepa. No tendrá miedo”. El pueblo es capaz de conseguir más poder que el propio gobierno si no tiene miedo, y gracias a Wikileaks esto es posible, ya que se ven con valor suficiente para derrocar a los que están por encima de nosotros.
Somos como marionetas movidas por los hilos que controlan los titiriteros. Estos piensan que ellos tienen el mando, y en parte es cierto, pero con organización, valor y la unión de nuestras fuerzas, las marionetas podemos cortar esos hilos.
Desde el punto de vista del ciudadano, Wikileaks es una ventana abierta dispuesta a mostrar todo lo que nos rodea. Pero, desde el punto de vista de los gobiernos y las grandes organizaciones, es una espada punzante que acecha con cortarles la cabeza.
Antes podían actuar sin dar explicaciones a nadie, ellos daban la información que más les convenía y ocultar aquella que sabía que estaba en contra de la opinión popular. Ahora están expuestos a que todas sus acciones sean analizadas por todo el mundo. Como por ejemplo, la última noticia que hemos conocido acerca de la NSA, la agencia de espionaje de EEUU, que no solo espía a los grandes políticos, sino también al conjunto de todos los ciudadanos para darnos una mayor seguridad, ya que aseguran que de este modo, han cogido a terroristas que no estaban clasificados como tales.
Pero, ¿hasta dónde llega nuestra privacidad? ¿Estamos seguros de que alguna información es solo nuestra? Pues las mismas preguntas se hacen los grandes políticos, a diferencia de que ellos son personajes públicos y nosotros simples ciudadanos, pagando justos por pecadores.
Volviendo al tema de Wikileaks, es una plataforma que ha modernizado la forma en la que podemos acceder a la información, sin límites que nos detengan. Como dice Umberto Eco: “Antes, la prensa se esforzaba por descubrir lo que se tramaba en el secreto de las embajadas. Hoy son las embajadas las que piden informaciones confidenciales a la prensa”. Es decir, Wikileaks es un movimiento tan grande que puede llegar a tener un poder incalculable, un gran poder de información. Es capaz de movilizar a todo el planeta con documentos confidenciales que pasa a los periódicos más importantes como: Le Monde (Francia), The New York Times (EEUU), The Guardian (Inglaterra), Der Spiegel (Alemania), El País (España)… y así llegar a toda la población mundial.
También hay un lado negativo en Wikileaks, ya que la información, en ocasiones, no es contrastada. Las fuentes son anónimas, y por tanto, a veces pueden ser erróneas. Pero como en todo, no nos podemos fiar al 100% de algo. Tenemos que hacer uso de nuestra intuición crítica y pensar por nosotros mismos: ver el lado bueno y malo de todas las cosas, porque lo tienen.
Pero no podemos negar la gran utilidad que tiene Wikileaks. Como hemos dicho anteriormente, nos hace llegar a lugares donde antes era impensable, nos hace ver cosas que nadie antes nos había mostrado. Nos hace más conocedores de la verdad, del entorno que nos rodea y sobretodo: nos aclara que nadie es el bueno de la historia, todos son malos y todos son buenos dependiendo del punto de vista en el que nos situemos.
